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sábado, 11 de julio de 2015

FALTA UN HOMENAJE


Sábado a la mañana, cumplí. Estuvo toda la semana comentándome que tenía su partido y si quería ir a verlo, con la adolescencia acechándome como enfermedad, bastante desganado acepté. Vamos en su auto con compañía, él siempre juega a ser taxi, le encanta. Llegamos y mientras yo tomo mate y pienso en las horas de sueño que estoy perdiendo, el embroma a su amigo porque es hincha fanático de su tradicional rival, se lo ve contento. El partido comienza mientras corre a un costado, claro, necesita calentar, está viejo.

No escribe, siempre llama.
El partido transcurre sin mucha relevancia… ingresa… con la 20 en la espalda tira algún que otro pase, algún “pique” corto, alguna magia, nada fuera de lo común. Tiro libre, no pide la pelota, no es necesario, le pertenece. El golero ha demostrado ser bueno, acomoda su barrera y confía en la misma. Cara interna pie zurdo, pelota por encima de la barrera, baja bruscamente, travesaño y adentro… ni siquiera levanta su mano; vuelve trotando mientras recibe el saludo de los demás compañeros… claro, para él eso era normal.

No tuvimos la posibilidad de ver al Dié, ni al otro brasilero, pero no importa, podemos youtubear sus goles, sus picardías, sus triunfos y pensaremos que fueron buenos… pero hay otros casos en donde no es posible youtubear sus goles, solo podremos escuchar las incansables anécdotas, imaginaremos toda la escena, nos ayudaremos con fotos y mirando la vitrina, y sin embargo también vamos creer que fueron buenos.

Cesar, aquel pelado con la 20 en la espalda que la colgó en un ángulo en un papi futbol del colegio de su hijo, también fue bueno… fue un grande, y un día dejó de jugar… jamás se retiró. Oriundo de Colonia Miguelete, el menor de una humilde familia que respiró fútbol toda su vida, (no tenía muchas opciones). Desde Leonidas, su padre, hasta Olga, su madre… hincha incondicional hasta el día de hoy, eso sí, siempre por los mismos colores… el azul y el blanco del glorioso Uruguayo de Miguelete. Tanto Cesar como sus hermanos Miguel y Daniel, así como su cuñado Hugo, y sus hermanos, fueron parte de la época más gloriosa de aquella institución, son héroes (?)

En la foto hay más trofeos que en Independiente.
Las condiciones de Cesar le permitieron llegar hasta donde la época se lo permitió. La falta de medios de comunicación, de publicidad, de redes sociales, hizo imposible que trascendieran aquellas gambetas de un puntero zurdo pícaro; que desde joven ya así notar su condición física y su “falta de respeto” al rival que lo doblaba en edad, en peso, en experiencia. Los caños, las rabonas, las vivezas no faltaban si jugaba el popular “chirola”. Colonia, Rosario, Santa Catalina, San José, Ombués, fueron algunos de los destinos donde nuestro protagonista se cansó de convertir.

Sin embargo, algo le faltaba a Cesar. Era muy bueno pero no lo disfrutaba. Valían mucho más los campeonatos de futbol de salón junto a sus amigos en su ciudad; jugar para Omusa era más lindo que jugar para la Selección de Colonia… de esos no existe más. En esa disciplina se sentía como pez en el agua, y así le fue… Old Christians, Mozo Cordel, la propia selección uruguaya lo albergaron… obvio, su zurdazo lo colocaba en lugares de privilegio. Ojo! También le valía algún corte o patada, pero tenía a Martinez para que lo protegiera de la cocoa.

La felicidad no la traen las copas.

Fue grande y nunca trascendió porque él no quiso. Actualmente no es parte de ningún club ni siquiera se encuentra ligado a la institución que lo tiene como titán. Vive el fútbol sentado en un sillón y si puede, cuando juega Uruguay, aprovecha para trabajar porque sabe que la gente lo estará mirando… tiene un empleo lejos de los cortos y sin número en la espalda… pero créanme que sigue haciendo caños, y a veces juega solo contra once y gana.

Hablame de modelos.
Cesar merece su partido homenaje… volver a disfrutar de una cancha como lo hacía para Omusa o Uruguayo… con sus amigos, hijos, hermanos, cuñados, sobrinos… será ovacionado y le dirá “hasta luego”, porque un Bone (sin tilde a partir del 2015), nunca se despide del fútbol.


"encará Nacho", confía más en vos que vos mismo.

Chiroooooola Chiroooooola Chiroooooola…”




FELIZ DÍA VIEJO!







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