domingo, 8 de febrero de 2015

GOL DE ORO.

               Transcurría el partido entre Brasil y Paraguay por el Sudamericano Sub 20, (campeonato que seguimos porque a Uruguay le estaba yendo bien desde siempre) y el sorete comentarista Sc*lza explicaba lo sucedido con extinguido método para determinar el ganador de un partido como lo fue el GOL DE ORO.

                El hecho de que haya desaparecido, y el histórico aporte que tuvo nuestra selección para con esta práctica, nos motivaron (?) a redactar acerca del mismo.

                El gol de oro fue un método para determinar el ganador de un partido de fútbol que terminaba empatado después del tiempo reglamentario. Iniciada la prórroga, ésta se daba por concluida si algún equipo conseguía un gol, ya que el mismo atribuía la victoria al equipo que lo marcaba; de lo contrario se llegaría a la tanda de penales.

                El primer gol de oro que se marcó en la historia del fútbol fue convertido por Oliver Bierhoff (por lo único que paso a la historia este muchacho), en la Eurocopa 1996, cuando Alemania derrotó en la final al combinado de la República Checa.  El primer gol de oro marcado en un campeonato mundial fue a través de Laurent Blanc en octavos de final de Francia '98, cuando la selección local derrotó a Paraguay, gol que llegó gracias a La Prefectura Guayas.

Si, es Oliver. Será el mionca de Pandiani ?

                Esta práctica estuvo vigente desde 1996 a 2002, siendo utilizada en dos campeonatos mundiales y dos Eurocopas. Francia fue la selección que más lo aprovechó, dado que se benefició del gol de oro en las tres oportunidades de las que dispuso durante su vigencia. Por el contrario, a Italia la robaron le resultó un dolor de cabeza al haber perdido en las ocasiones que le tocó disputarlo.

Byron Moreno. Árbitro de Italia - Corea.

                GOLES DE ORO EN MUNDIALES:
FRANCIA ´98: Octavos: Francia 1 – Paraguay 0. Blanc
COREA / JAPÓN ´02: Octavos: Senegal 2 – Suecia 1. Camara / Italia 0 – Corea 1. Ahn / Cuartos: Senegal 0 – Turquía 1. Mansiz.

                A pesar del escaso tiempo que duro el método en cuestión; Uruguay no perdió oportunidad para ser protagonista. Ocurrió en el mundial sub 20 de 1993 en donde la celeste, en aquel momento integrada por héroes como “Petete” Correa, O´neill, Tabaré Silva, “Buitre” Alvez, “Cabeza” Delgado, y el actor principal, Nelson Artigas Olveira, enfrentaba por los cuartos de final a la selección local, Australia.

                La particularidad de ese torneo fue la implementación del Gol de Oro. Iban 9 minutos del alargue cuando el australiano Carbone convirtió el tanto que obviamente sentenciaba el partido. Sin embargo, Nelson Artigas no estaba al tanto de esta situación… “estábamos todos muertos y el Canario agarró la pelota y nos dijo: Vamo arriba muchachos, vamo que lo empatamos”, contó Rodrigo Lemos.


                Posteriormente llegó el Gol de Plata, pero tuvo menos trascendencia que el Gol de Oro; apenas estuvo en la Eurocopa de 2004. En el mismo año la FIFA decidió abolir todos estos métodos, regresando a la prórroga de 30 minutos. Aparentemente, estas prácticas estimulaban el juego defensivo, puesto que muchos equipos decidían Carusear 1 y definir mediante el tiro penal, aunque no se descarta el argumento de que su extinción se debió a que los africanos no lo entendieron muy bien.


CUESTIONARIO #3

¿Se necesita tecnología en el fútbol?



1. Dícese de: 1 - conformarse con el empate, sin arriesgar absolutamente nada.
                     2 - morder pase de jugadores.

TOCANDO FONDO.

               Existen momentos que uno quisiera olvidar, no recordar jamás, aquellos que despiertan esa rara sensación de odio hacia el club que ama. Recordar con rencor a aquel que le transmitió ese “amor” por los colores. Sin embargo, uno no cambia de parecer, no deja de ser “hincha”, ni siquiera lo es en menor medida. Las posteriores glorias, los pequeños triunfos, o incluso el esperar por ellos, hacen que uno siga firme, ahí. A esos “momentos” queremos recordar.

               Cada club tiene “fondos” diferentes, por más parecido que sea el sentimiento del hincha, hay situaciones incomparables, de las cuales no vamos a hacer un ranking, solo mencionar alguna de ellas.

                Un claro ejemplo es el Descenso. Perder la categoría es diferente para todos los equipos; pero indudablemente para los denominado “grandes” es mucho peor. Esa mancha es muy difícil de superar, quizás únicamente si el tradicional rival pasa por lo mismo. Las copas, los clásicos, las ligas, los torneos, nada se compara al hecho de perder la categoría. Los ejemplos más recientes y mediáticos son los de River, Independiente y Palmeiras. Pero en la historia hubo miles que se fueron por amargo, puto y cagón horrores dirigenciales o por choreo que hasta el día de hoy dicen presente en alguna canción o trapo.

Lo vivi. Si, fue doloroso
                Estas al borde del “listo, más bajo no podemos caer” y Sandoval tira una bicicleta y patea un tiro libre; o te dicen que Rinaldo Cruzado se queda seis meses más. Es decir, los jugadores también son un claro síntoma de que estas tocando fondo. El traspaso, los fichajes, las novelas, la fruta, los retornos, los ofrecidos, los caídos, los Novick, y todas esas cosas que solamente suceden en Peñarol. Pero más aún, las renovaciones, ese es el punto que, personalmente, más rabia me provoca. Esa necesidad de tener que padecer otros seis meses (a veces un año) a un sujeto que ya no puede ver sin anteojos, que ya no solo peina canas, no tienen cabello, que su transferencia solo es posible si se lo adhiere a Lio, Cris, o con un “Minuto Animal” para llenar el chango en Tata.

                Pero las renovaciones no son todas malas, obviamente muchas de ellas son indiscutibles, deben realizarse sin lugar a dudas. Estamos discutiendo acerca de aquellos que ya cumplieron su ciclo como dos o tres veces, y lo infame que resulta la justificación que pretenden darle alguno dirigentes, o el pedido de “ciertos” hinchas, produce más enojo. Ejemplo, “tiene experiencia y conoce la casa”, eso es motivo suficiente para renovarle? Si conoce la casa que la limpie o que le diga al próximo donde están las toallas y se vaya, verdad Larry?

                Otro hecho que uno pretende olvidar por el aborrecimiento que le produce, son las formas de la derrota, incluso sin ser derrotado. Ejemplos claros y recientes son las goleadas o las remontadas, más que nada en partidos clásicos, ante el tradicional rival. Perder es una de las posibilidades y por más que duela, uno no puede obviarlo, pero a veces es más doloroso la forma que el resultado en si mismo.

                Por último, queremos destacar a  la indumentaria y en este punto haremos hincapié. A lo largo de la historia, es muy probable que haya habido alguna camiseta que hayas odiado, que nunca hubiese pensado que tu club podía lucirla. Ejemplos sobran, pero nos quedamos con la de CAVA (Victoriano Arenas), una obra de arte. La peor camiseta en años.


                
                Uno puede entender a Belgrano de Córdoba y su extenso homenaje al “Potro” Rodrigo, pero lo de CAVA es algo realmente impactante, digno de reconocimiento.


         
                Es imposible pedirle a tus jugadores corazón, garra, compromiso, cuando en su pecho está tatuada la imagen de El Gitano... basta con solo vestirla, mi apretado abrazo es para todos los jugadores de Victoriano que supieron lucirla.

CUESTIONARIO #2

A los ídolos... ¿se los cuida?